viernes, 28 de octubre de 2011

martes, 10 de mayo de 2011

ESTE BLOG ENTRA EN RECESO UNA TEMPORADA. ESPERO VOLVER "ALGÚN DÍA"

lunes, 25 de abril de 2011

LOS AMORES DESTRUCTIVOS

LOS AMORES DESTRUCTIVOS
(Por Gina Martínez-Vargas Araníbar)



Para el dramaturgo Irlandés Oscar Wilde, genio preclaro de las letras Inglesas, enamorarse de una persona inconveniente y de muy distinta forma de ser, le costó muy caro. Tal parece que a ciertos genios y hombres ilustres, nada los derribará, sobre todo si han logrado influir tanto en una época y en el mundo de las letras, aparte de destacar con tanto ingenio y sapiencia en su propia formación, tan llena de premios merecidos, becas y ser una persona brillante, bastante relevante y conocida desde su época de estudiante por sus méritos, tanto en su formación en Literatura Clásica, Griega y Latina; sus conferencias en Estado Unidos, la publicación de sus libros de la más distinta índole, pues destacó en los distintos géneros, escribió: Prosa, poemas, ensayos, cuentos y teatro con bastante belleza, erudición e ingenio y siempre se destacó de él su inteligencia y su gran poder de influir en su medio, con su vestimenta extravagante, peinados de postura esteticista y decadentista, que muchos jóvenes de entonces intentaron copiar. Fue indudablemente una personalidad destacada de la época Victoriana, en la cual vivian.

Según se afirma en el año, 1891 Oscar Wilde de 37 años conoce a “Bosie”, Lord Alfred Douglas, hijo de los marqueses de Queensberry, de 21 años, quien es tristemente conocido por ser la problemática y conflictiva pareja de Oscar Wilde y quien fuera dado a conocer a fondo en la carta “La tragedia de mi vida“ (Carta a lord Alfred Douglas), epístola escrita por Oscar Wilde a su amante, durante su estancia en la prisión de Reading, en 1897, la carta también ha sido dada a concer como "De Profundis", y sólo vería la luz parcialmente al ser publicada en 1905, por su amigo y periodista Robert Ross, a quien Oscar Wilde se la confió. La versión completa la publicaría Vyvyan Holland, hijo de Wilde en 1949, y recién se hizo de dominio público a partir del año 1960, debido a contrastaciones y correcciones posteriores.

La carta está redactada con ese estilo que caracterizó a Wilde, exquisito, profundo, a veces exaltado, que va desvelando sus distintos estados de ánimo, el verdadero desgarro de haber caído tan bajo, la humillación, el dolor de ir poco a poco perdiéndolo todo: esposa, hijos, amigos, fama, fortuna, su casa, sus libros y la gran afrenta pública que eso significó para él, antes tan destacado y afamada figura de la época Victoriana; sino también el gran dolor que traspasó a sus familiares y su propia madre, quien agravando su dolor, fallece en el lapso de estar preso en la prisión de Reading, donde fue condenado a cumplir dos años de trabajos forzados, tras demandar al padre de su novio, por difamación y sodomía, juicios que perdió, por las costumbres y cerrazón de la época moralista, hipócrita y prejuiciosa de entonces. El juicio a Oscar Wilde, que emprendió con saña el marqués de Queensberry, fue un gran escándalo de grandes proporciones en su tiempo.


La Epístola de unas 248 páginas, si bien es cierto, jamás pierde su belleza expresiva, su nivel aleccionador, su maestría literaria de gran dramaturgo, su cautivadora prosa exquisita y no exenta de poesía, sorprende paso a paso. Si bien es cierto empieza con cierto reproche a su amante “Bosie”, del siguiente modo: “Luego de una prolongada e infructuosa espera, he tomado la decisión de escribirte, y ello tanto en tu interés como en el mío, pues me subleva el pensar que he estado en la cárcel dos interminables años sin que haya recibido de ti una sola línea, una noticia cualquiera, que no he sabido nada de ti, aparte de aquello que tenía que serme doloroso. Ha concluido para mí de un modo funesto y con escándalo público para ti, nuestra trágica amistad por demás lamentable. Sin embargo, muy rara vez me abandona el recuerdo de nuestra vieja amistad, y experimento una profunda tristeza cuando pienso que mi corazón, henchido antes de amor, está ahora para siempre colmado de maldiciones, de amargura y de desprecio. Y con toda seguridad, tú mismo sientes en el fondo de tu alma, que es mejor escribirme a mí, que me encuentro en la soledad de la existencia carcelaria, que no dar a la publicidad, sin mi expresa autorización, cartas mías, o dedicarme poesías, sin permiso alguno también…”

En ella, reprocha a “Bosie” su gran orgullo, sus grandes diferencias sustanciales desde la adolescencia en los estudios. Va formulándose mediante una introspección analítica los pasos que lo llevaron a parar en esa horrenda condición de reo carcelario, lo que estuvo mal de parte suya en cuanto a dejarse arrastrar y lo que fueron excesos del mismo “Bosie”. Va desgranando paso a paso las consecuencias del odio mutuo que parecía anidar entre padre e hijo, el marqués de Queensberry y Sir Alfred Douglas, razón primordial, por la cual, Wilde terminó en prisión, mal aconsejado y envenenado constantemente por su amante para que Wilde denuncié a su padre, con las amargas consecuencias deplorables del caso.

Otro aspecto es su auto reproche y pesar por la mala influencia de “Bosie” en su vida en relación a su propia creación literaria, cuando dice: “Me acuerdo, por ejemplo -a fin de citar un solo caso entre muchos ,que, en septiembre de 1893, arrendé varias habitaciones amuebladas, con el único propósito de trabajar sin que me molestasen.


"Había rescindido mi contrato con John Hare, a quien había prometido una obra teatral, y que me urgía para que le diese término lo antes posible. En el transcurso de la primera semana, no te dejaste ver; habíamos disputado, lo cual no podía dejar de ocurrir, a raíz del mérito de tu traducción de Salomé"
.

"Te limitaste a escribirme, diciendo al respecto los mayores dislates. Escribí y terminé hasta en sus mínimos detalles, durante aquella semana, el primer acto de El marido ideal, dejándolo tal como en definitiva hubo de ser representado. Volviste a aparecer la segunda semana, y mi trabajo se acabó… .Tan sólo pienso en la naturaleza de esa amistad, en tanto perduró. Espiritualmente, me ha envilecido. Se encontraban en ti, en germen, los impulsos de un temperamento artístico; pero di contigo demasiado tarde, o demasiado temprano, no puedo puntualizarlo. Cuando te hallabas lejos, en mí todo se iba ordenando a la perfección.

"Cuando -a principios de diciembre del año antes mencionado- conseguí que tu madre te enviase al exterior de Inglaterra, de inmediato torné a juntar las embrolladas y rotas mallas de mi imaginación, recobré otra vez el dominio sobre mi vida, y no solamente finalicé los tres actos de "El marido ideal que faltaban, sino que imaginé también otras dos obras de índole completamente distinta: La tragedia florentina y La santa cortesana, estando casi en un tris de ponerles punto final. De pronto, sin que te llamaran, en momento escasamente oportuno, en circunstancias que habían de ser nefastas para mi felicidad futura, te haces presente en mi casa. Y no pude ocuparme de nuevo de esas dos obras sin terminación aún, y nunca, en lo porvenir, pude retornar a aquel estado de espíritu que les insuflara vida. Tú mismo, y en especial ahora que ya has dado a la publicidad un tomo de poesías, comprenderás cuán cierto es lo que acabo de decirte. Pero, lo comprendas o no, ésta es, de cualquier manera, la horrible verdad de la intimidad de nuestras relaciones...“

"En tanto estuviste a mi lado, fuiste la causa de la ruina total de mi arte; y por esto, porque consentí tu perenne presencia entre el arte y yo, siento ahora semejante vergüenza, tan insuperable pesar“...En otro aparte Wilde refiere la vergüenza y lo insoportable de las peleas de "Bosie": "Aquellas continuas peleas que parecían ser para ti una necesidad física, y en las cuales se echaban a perder del mismo modo el cuerpo y el espíritu, y eran tan horrorozas de ver como de oír..."

De esta misma forma Wilde consintió con una gran permisividad y flaqueza, por debilidad de carácter, que Sir Alfred Douglas, le fuera arruinando totalmente la vida, quien lo llevó a una vida de gastos y caprichos caros, a estancias en Grandes Hoteles, viajes de placer y una asidua concurrencia a restaurantes de lujo, que poco a poco fueron minando con la economía de Oscar Wilde, gastos en el juego, los caprichos de “Bosie” y sus extravagancias, de este modo resultó ser un novio totalmente pernicioso para Wilde, porque no sólo exigía caprichos excesos y grandes festines mundanos, sino que su naturaleza egocéntrica por sentirse halagado y un afán exhibicionista, parecía ser el motor de toda su necesidad de boato y pasos por lugares caros, hechos no exentos de una gran vanidad y un caracter dominante, caprichoso e insoportable.

…Desgraciadamente he sacrificado por ti mi arte, mi existencia, mi apellido, mi posición ante la posteridad, y aunque pudiese tu familia poseer todas las maravillas del mundo, el genio, la opulencia, el elevado rango, y otras cosas por el estilo, y lo depositase todo a mis plantas, ni siquiera podría pagarme la décima parte de las cosas más nimias que me fueron arrebatadas, ni una sola lágrima de las últimas que vertí. Sin embargo, es preciso que se pague todo cuanto uno hace. Hasta cuando se ha sido declarado en quiebra. Tú, por lo que advierto, supones que la quiebra es un medio muy cómodo para no saldar las deudas“.

Lord Alfred Douglas nunca mereció el amor y la gran generosidad del dramaturgo Oscar Wilde, la mayoría de las veces sus actitudes fueron cobardes, deplorables y vergonzosas, mucho más después de la muerte del escritor. Alguna vez le dijo: "Dejas de ser interesante cuando no te hallas en tu pedestal", a lo que Wilde escribió: "Debo confesar que, al terminar de leer tu carta, me sentí mancillado, como si el trato con un individuo de tu índole, me hubiera hollado y deshonrado de una manera irreparable".

En otro apartado Oscar Wilde, dice lo más revelador de su propio caracter débil y generoso siempre con "Bosie", y del afán siempre oscuro, trepador y prepotente de "Bosie": " Premeditadamente, sin que te impeliese a hacerlo, te introdujiste a la fuerza en mi terreno, y usurpaste un puesto al cual no tenías el menor derecho, ni para el cual eras idóneo, logrando con tenacidad singular (me recuerda algún caso conocido de arribismo), que tú presencia fuera uno de los elementos esenciales de todos y cada uno de mis días, recabando para ti mi vida entera, sin hacer con ella nada mejor que destrozarla"...



La carta a su novio reflexiona mucho sobre lo esencial y superficial de esta vida, sobre lo que envilece al hombre y lo que lo va perdiendo. Lástima, que tuviera que ser una practica necesaria y posterior a su encarcelamiento y no una previsión que lograra evitar tanto dolor y desdicha en Wilde. Es sin embargo, como un gran viaje a través del dolor, una transformación hacia la redención espiritual, una metamorfosis humana de liberación y reconquista de sí mismo hacia un nuevo hombre, que a posteriori se guiará con un espíritu cristiano y buscará su felicidad en las pequeñas grandes cosas de esta vida, para alcanzar la paz, emulando a Cristo en sus grandes lecciones de amor, perdón, y desterrando el rencor. De hecho, en su lecho de agonía y conciente, abrazó el catolicismo en una breve ceremonia religiosa.

En 1897 Oscar Wilde sale de la cárcel de Reading, y pese a la negativa de los familiares de ambas partes, y a pesar a conocerlo más en base a sus hondas reflexiones, volvieron a vivir juntos "Bosie" y Wilde, durante unos tres meses en Nápoles, cuando las ayudas de cada familia les fueron quitadas, se tienen que separar para siempre. Sólo a los tres años de haber abandonado la prisión de Reading, en 1900, Oscar Wilde fallece, solo, triste y arruinado en París, en el Hôtel d'Alsace, núm. 13, de la Rue des Beaux Arts, víctima de una meningitis, que empezó como una otitis aguda, tan sólo a sus 46 años de edad.

El escritor español José Antonio de Villena, escribió: "Charlatán Crepuscular" sobre los amores desgraciados del escritor Oscar Wilde con Lord Alfred Douglas, en 1997. De sus amores inconvenientes y destructivos se han hecho otras representaciones teatrales y escritas.


Barcelona, 12 de Abril, de 2011

DIARIOS



DIARIOS
(John Cheever)

“Cuando la autodestrucción entra en el corazón, al principio parece apenas un grano de arena. Es como una jaqueca, una indigestión leve, un dedo infectado; pero pierdes el de las 8.20 y llegas tarde para solicitar un aumento de crédito. El viejo amigo con quien vas a comer de repente agota tu paciencia y para mostrarte amable te tomas tres copas, pero el día ya ha perdido forma, sentido y significado. Para recuperar cierta intencionalidad y belleza bebes demasiado en las reuniones, te propasas con la mujer de otro y acabas por cometer una tontería obscena y a la mañana siguiente desearías estar muerto. Pero cuando tratas de repasar el camino que te ha conducido a este abismo, sólo encuentras el grano de arena”.

CONSTANT CRAVING

CONSTANT CRAVING
(Ansía Constante)
(K.D.LANG)


Tras una carrera de más de 25 años, distinguida hasta ahora con cuatro premios Grammy, Lang publicó en 2010 el disco "Recollection", en el que recogió gran parte de sus éxitos country pop, como "Constant Craving", tema con el que irrumpió en el mundo de la música a principios de la década de los 90.

viernes, 8 de abril de 2011

EL RETORNO DEL PROCESO: LOS HEREDEROS DE MAX BROD Y EL LEGADO DE FRANZ KAFKA











(Por Ioram Melcer)

A pesar de haber publicado 83 libros, Max Brod conquistó un lugar privilegiado en la historia de la cultura universal por haber sido el amigo más íntimo de Franz Kafka. El mérito de Brod fue que no cumplió las órdenes de Kafka de quemar sus manuscritos tras la muerte del gran escritor en Austria, en 1924. "Max, mi querido amigo, mi último pedido es que todo lo que se encuentre en mi legado escrito... sea quemado...", decía la nota más famosa en la historia de la literatura. El Proceso, El Castillo y otras obras magistrales del genio quedaron condenadas a las llama del olvido. ========================================

Publica El País (Uruguay) (Por Ioram Melcer)

En 1939, cuando los nazis llegan a Praga, Brod y su esposa huyen de Europa. Max Brod lleva una sola valija, repleta de manuscritos y papeles de Kafka. La pareja llega a Palestina y se instala en Tel Aviv. En la calurosa y húmeda ciudad mediterránea, Brod ha de hacer famoso a quien es considerado hoy el más grande escritor de lengua alemana en el siglo XX. En 1942 fallece la esposa de Brod. El viudo de 58 años de edad tiene una secretaria, Esther Hoffa. Casada, madre de dos hijas, 22 años más joven que Brod, ella es su mano derecha. Hoffa se ocupa tanto de los escritos de Brod como del legado de Kafka. Le demuestra a Brod una devoción absoluta. Éste muere a los 84 años, en 1968. En su testamento nombra a Esther Hoffa como heredera de los materiales y determina que sólo ella puede publicar sus obras, diarios y cartas. Además, indica que luego de la publicación debe entregar los materiales a una entidad pública en Israel o en otro país.


El testamento de Brod se presta a interpretaciones. En 1955 la Knesset, el parlamento israelí, dictó una ley que estipula que toda persona que tuviera en su poder documentos "de interés a la investigación del pasado, del pueblo, del estado o de la sociedad, o que tiene que ver con la actividad de gente de renombre" debe entregar una copia de tales documentos al Archivo Nacional de Israel. Hay quienes piensan que fue a causa de esta ley que en 1956 Max Brod decidió sacar de Israel los manuscritos de las tres novelas de Franz Kafka. Donó dos, los manuscritos de El Castillo y América, a la biblioteca de la Universidad de Oxford. El tercero, El Proceso, permaneció en sus manos, ya que Kafka se lo había regalado. Esther Hoffa se quedó con una gran cantidad de documentos -cartas, notas, diarios, manuscritos- de Franz Kafka y de Max Brod. Acerca de lo que sucedió durante los cuarenta años entre la muerte de Brod y la de Esther Hoffa, a los 102 años, en 2007, hay versiones divergentes pero también algunos hechos incontestables.


Una compra del Estado

Entre los años 1974 y 2008 se registran ventas de cartas de Kafka a través de casas de venta europeas. Se trata de cartas de Kafka a su amante Felicia Bauer, a Franz Werfel, a Max Brod, cartas de amor, de amistad, cartas que tratan de temas literarios. Mientras tanto, el material que queda en manos de Esther Hoffa es prácticamente inaccesible. Estudiosos de la obra de Kafka, biógrafos, parientes de Max Brod, así como el Archivo Nacional del Estado de Israel y la Biblioteca Nacional de Israel, no logran convencer a Esther Hoffa que muestre lo que tiene guardado. En 1974 Hoffa intenta salir de Israel con manuscritos de Kafka. Los agentes de la aduana descubren fotocopias de cartas de Kafka, su diario de viajes y el diario de Brod. La publicación del incidente llevó a una serie de acuerdos entre Esther Hoffa y las instituciones del Estado de Israel, pero nada se cumplió. Los años pasaban, se vendían documentos, y la antigua secretaria y allegada de Max Brod envejecía.


En 1988, Esther Hoffa vendió la joya más preciosa de cuantas tenía en su posesión: el manuscrito de El Proceso. Lo compró el gobierno de Alemania por un 1:980.000 dólares, (la cifra más alta ofrecida hasta entonces por un manuscrito moderno). El mismo se halla en el Archivo de la Literatura Alemana en la pequeña ciudad de Marbach, que fue agregando a su colección otros materiales de Kafka. Todo indica que Esther Hoffa, y luego su hija Hava Hoffa, siguieron vendiendo materiales de Kafka y de Brod hasta el año 2009.


Algo terrible. Esther Hoffa legó el tesoro a sus dos hijas. La Biblioteca Nacional de Israel le pidió a la Corte de Asuntos de Familia de Israel que impidiera la transferencia de los materiales a las hijas de Esther por incumplimiento del testamento de Brod. Pero surgieron dos complicaciones: nadie sabía ni dónde estaba el tesoro de documentos ni qué es lo que contenía. Los académicos suponen que contiene miles de cartas de Brod, muchas de las cuales hablan de Kafka, de su vida, de su arte, de su trabajo literario. Hay quien sueña con algún manuscrito desconocido de Kafka, o algunos de sus dibujos. Además, está el diario personal de Brod, que podría iluminar su amistad con Kafka y quizás hasta el extraño pedido incumplido que le hizo Kafka antes de su muerte. Esther Hoffa confesó que el diario estaba en sus manos. En 1988 negoció su venta a una editorial en Suiza. Recibió un anticipo, pero el diario nunca fue entregado. La editorial no pudo vencer a la testaruda anciana, que en 1993 dijo que de publicarse los diarios, se revelaría "algo terrible".


Lo que queda del complicado asunto, por el momento, es un enredo legal. El Estado de Israel exige los materiales. Hava Hoffa, la hija que se ocupa del tema, exige que le sea permitido vender materiales del legado, según el testamento de su madre, y que el permiso se le dé de inmediato, pues ya es una mujer vieja y dice que no tiene de qué vivir. Al pleito se sumó el archivo de Marbach, que pide los materiales para que estén junto a la colección de manuscritos y documentos de Franz Kafka que ya tiene en su poder. Max Brod dejó abierta la posibilidad de que sea una institución fuera de Israel quien reciba el tesoro. Otras personas se han visto involucradas en la controversia. Familiares de Dora Diamant, la última compañera de Kafka, no pueden ver el testamento de Dora ni leer las cartas que le escribió a Brod. Los descendientes de Felix Weltsch, el gran filósofo judío, íntimo amigo de Kafka y de Brod, se quejan diciendo que materiales acerca de Weltsch y de la relación entre los tres hombres de cultura, no pueden llegar al conocimiento del público y de los investigadores.


Novela kafkiana

Y el juicio sigue. Órdenes del juez han causado que se descubran cajas fuertes en diversos bancos en Israel, conteniendo materiales del tesoro de Brod. Hacia fines de 2009 se descubrió una caja fuerte en un banco de Zurich con más materiales. En el año transcurrido desde este descubrimiento, Hava Hoffa, que ya ha cumplido 76 años, se ha quejado de robos en su casa. Dice que la publicidad que se le ha dado al caso atrae todo tipo de ladrones y sicarios. Hay quien ve en esos robos una maniobra de Hava Hoffa. Ante la posibilidad de perder el control del contenido de las cajas fuertes, Hoffa estaría creando una coartada para la reaparición "misteriosa" de documentos en otras partes. Nadie realmente cree que pueda haber documentos de importancia en el apartamento húmedo y descascarado de las Hoffa. Los vecinos se han quejado del mal olor causado por los gatos de quien describen como "una vieja huraña".


El asunto deja muchas preguntas abiertas. Queda saber cuál fue la intención de Brod. Si cumplió Esther Hoffa con el testamento de Brod, que por su parte merece la gratitud de la Humanidad por no haber cumplido otro testamento, por cierto más importante. O si tiene el Estado de Israel el derecho absoluto de poseer copias de los documentos, al igual que cualquier otro archivo del mundo, por sobre el derecho de los privados que tienen esos documentos.


Llegó el 2011 y se sigue ignorando qué había en el legado de documentos de Brod, qué se vendió, qué desapareció, dónde está lo que queda. Por el momento nadie se ha despertado para descubrir que se ha transformado en un insecto gigante. Pero falta elPero falta el escritor que haga de todo esto una novela kafkiana.

PERSPECTIVA TOSCANA

PERSPECTIVA TOSCANA
(Vail Oxley)


Vail Oxley pasó la mayor parte de sus primeros años de vida con sus abuelos en el país cerca de Beijing, China, mientras sus padres trabajaban en la ciudad. El hermoso paisaje que disfrutó durante la pesca con su abuelo sigue inspirando su obra. Vail vive con su esposa y su familia en China, donde ha logrado el reconocimiento y ganó varios premios prestigiosos por su trabajo. Además de ser exhibido en todo el país, sus obras han aparecido en numerosas publicaciones.