domingo, 12 de septiembre de 2010

LA FACTORÍA DE FICCIÓN


LA FACTORÍA DE FICCIÓN
(Por Gina Martínez-Vargas Araníbar)

Mi amiga, la Cascada y yo, salimos comentando la fantástica película de Woody Allen: “La Rosa Púrpura del Cairo”, cuando descubrimos una puerta del Exit, ¿entramos?, me sugirió ella, yo moví negativamente la cabeza, mientras masticaba mis palomitas de maíz tranquilamente…Miré que la gente abandonaba la sala en una semipenumbra tras el final de la película, luego ella, interrogó en un tono de reproche: “¿por qué no podemos hacer algo distinto, alguna vez?, la miré confusa haciendo un gesto de “no sé” y como me domina un aire gamberril de picardía y gran curiosidad, le dije: “No es que estemos en un gran incendio, ni nos urge pasar por la salida de emergencia, peeero mira tú…—repuse alzándome de hombros —Me da igual salir por donde fuera…”. Ella me miró estupefacta y se le iluminó la cara con una gran sonrisa, como si transgredir normas y seguir juegos peligrosos fuera más excitante o como si detrás de la puerta del Exit, nos esperara un OVNI, maravilloso y multicolor, muy digno de ser visto por las dos…

Tras empujar aquella puerta de metal, nos escurrimos tras unos feos laberintos, la cara de mi amiga parecía reflejar el desencanto de una aventura fallida, pero de pronto la voz de un hombre negro, vestido de frac y pajarita, nos sorprendió: “¿A dónde bueno Señoras?, les recuerdo que este es un camino vedado al público asistente”—concluyó, mirándonos de hito en hito, con cierta intimidación, Taty y yo observamos el gran cortinaje color burdeos que tenía detrás, orlado de finos bordes o simulados hilos de oro, divagamos con los dientes albos y deslumbrantes del buen hombre, más bien correcto y amable en su misión…

—Espere, señor, —espeté yo—haciendo buen uso de mi educación. Según mi madre, nunca fallaba tratar con gran respeto y cortesía a un portero.
—Mi amiga y yo venimos del Daily Mirror, fuimos invitadas para estar presentes, —inventé enseguida, y así continué hilvanando una historia imaginaria, muy segura de mi misma, dando cierto aplomo a mi respuesta.
—¿Y usted es...?—le preguntó a Taty—Ella me miró brevemente instándome a que yo siguiera con mi cuento chino…
—La fotógrafa Taty Waterfall—repuse, traduciendo su apellido. Y yo la reportera del evento Gina MC Pik ’Art.
—Oh, señoras mías, mesdames—dijo el hombre de color de la puerta, con un gesto de arrepentimiento. Sin duda ha sido un error, podréis pasar enseguida…

Taty, me miró interrogante e insegura y yo di muestras de haber sido ofendida y dando unas grandes zancadas, como alma que se lleva el diablo, traspasé esos gruesos cortinajes, que el portero me ayudó a franquear, levantándolos con un brazo, mientras yo arrastré de una mano a Taty e ingresamos con la presteza de una ilusión desconocida.

Cuando estuvimos distantes al hombre de la portería, le pregunté a Taty casi en un susurro:
—¿Trajiste tu cámara de fotos verdad?.
Ella, abrió su bolso y me la mostró, entonces yo di un hondo respiro.
—¡Vaya, menos mal!. Todo iba saliendo bien.

Habían amplios salones iluminados y la recepción parecía de película, súbitamente habíamos hallado una gran fiesta tras la puerta del Exit. Había una gran cantidad de rostros conocidos, gente a quienes yo creía haber visto unas tantas veces, que ya parecían familiares…De pronto Taty, exclamó: ¡Mira es Hemigway!...

—Sí, es verdad.—dije constatando el aspecto de ese hombre que parecía dar muestras de aburrirse entre esa multitud, e iba cogiendo copas de champaña servidas de una bandeja.

Taty, muy astuta ya había detectado que sus libros estaban por allí, sobre una mesa y cogiendo uno se le acercó a Hemigway, diciéndole:

—¿Señor Hemigway, me haría el favor de firmarme esta gran novela?.
Ernest Hemigway pareció salir de su abstracción y volviéndose a mi amiga y reconociendo su libro sonrío y dijo:

—Claro, por supuesto. —mientras rebuscaba en el revés de su chaqueta un bolígrafo.
—Para Taty, Waterfall —dijo ella, a la vez que Hemigway pareció garabatear el libro. Cuando se irguió el escritor nos miró a las dos y nos dijo:
—Esta es una noche esplendorosa, aquí no sólo podréis divertiros sino que disfrutaréis del talante y el humor de estas viejas glorias y haciéndonos un agur con la mano se despidió de nosotras, dedicándose a recorrer las mesas, como un condenado con una copa de champaña en la mano, y tras encontrarse con Scott Fitzgerald, quien hacía lo mismo, nos olvidó por completo.

A lo lejos vimos al calvo, seductor y talentoso pintor Pablo Picasso, parecía más enano al lado de la deslumbrante y altísima Rita Hayworth, pero él no se arredraba, por el contrario parecía retarse a sí mismo, tirándole los tejos y haciendo un alarde de su gran personalidad con las mujeres, haciéndola reír mejor que un bufón al rey Arturo.

Ray Charles le arrancaba notas de jazz al piano y mi amiga, la Waterfall, emotiva y siempre al borde de las lágrimas, lloró de emoción al descubrir a su pintor, Picasso. Más de una vez la tuve que calmar y evitar echara por tierra el trapicheo y las argucias del pintor malagueño con la Hayworth, deseaba tocarlo como si de una escultura se tratara, es tan sensorial que el efecto Picasso le resultaba tremendamente magnético.




Luego Taty, miró la gran mesa de pull y exclamó:

—Mira, ¿no es allí donde podremos jugar?…¡Oh, Marilyn, James Dean, Elvis Presley!..y este…¿cómo es que se llama?…
—Humphrey Bogart—concluí yo. —Sí, es fantástico ¿y todos apostados en esta fiesta?.
—Venir, venir —Nos llamó de pronto Elvis Presley. Nos acercamos y nos saludó muy amablemente y nos dijo en un tono confidencial:
—Esto a mi me huele a chamusquina, ya veréis los celos que se empiezan a sentir por este gran recinto…¿reporteras?.
—Así es, Gina MC Pik ‘Art y Taty Waterfall, reporteras del Daily Mirror, señor Presley, le dimos la mano y nos dijo haciendo un embudo con la mano:
—Si tenéis paciencia, aquí se desatará la de Dios…—profirió riéndose, mientras se golpeaba con el taco del billar una mano, pero antes de que se fuera del todo hacía la mesa de pull, Taty le hizo una seña y le dijo:


—Ssss....¿Puedes convencer a tus amistades para que posen y yo les haga una foto en esa mesa de pull?…Mientras tanto sacó del bolso la Nikon D90 digital y la preparó rápidamente para una foto. Elvis asintió muy simpático con nosotras mientras dirigiéndose a Marilyn, Jamés Dean y Humphrey Bogart, les dijo:
—¡Hey, unas amigas mías del Daily Mirror desean haceros unas fotos, posar para ellas…Marilyn dubitó y se llevó con cierto automatismo una mano hacía su rubia cabellera y sonrió, tenía un gran glamour, pero enseguida decidió sentarse sobre la mesa del pull, Humphrey Bogart más bien poco simpático y soso se quedó sentado en la misma silla, como pensativo, James Dean posó como quien va a disparar un tiro, Elvis cogió el taco de billar y se lo puso al hombro, fue cuando nuestra fotógrafa buscó su mejor ángulo y sonó el opturador…Enseguida, Marilyn río estruendosamente y nos saludó con la mano amistosamente desde la distancia.
Taty, me preguntó bajando la voz:

—¿Y eso fue para nosotras?.
—Sí, eso creo, —dije intentando responder con más sonrisas a las sonrisas a Marilyn.
—¡Hey, Norma Jean!— reclamó James Dean a su vez—has jugado muy poco en esta mesa, todavía me debes ganar…
Pero Marilyn dejó esa mesa de pull y le pidió a Elvis que le tocara esa vieja canción que le gustaba, entonces nuestra Taty Waterfall, volvió a fotografiarlos, pero descubrió que su cámara los tomó en blanco y negro…
—Estas atinada hoy, no te pierdes una…—le dije yo.
—Mira esta pequeña —dijo Taty, señalándome a la risitos de oro que iba comiéndose los pastelillos de la mesa.
—¡Ah, yo sé quien es!. ¡Si es Shirley Temple!, amiga de mi madre…baila de maravilla, un zapateo que pa qué... y actúa como una gran estrella…
—¿Qué dices, cómo va a ser amiga de …?
—Vivieron en la misma época y hasta le respondió alguna carta, era su fan…
—¡Ah, comprendo!…—dijo Taty, distraida... Gina, fíjate con disimulo—me dijo—es imaginación mía o Bette Davis, aquella del sofá, me ha guiñado un ojo, la he mirado dos veces y en las dos veces ha intentado captarme la atención así…
—Es como dice Elvis—repliqué—aquí todos están un poco majaretas y no tardarán en armarla…

Ni bien terminé de decirlo y Picasso arreció una sonora bofetada a su novia Dora Maar, que paralizó la fiesta, todos los ojos se volvieron hacia ellos, parecían petrificados e incrédulos con el espectáculo, la pobre Dora, cubierta de llanto y con el rostro enrojecido, corrió despavorida hacia los lavabos, que a punto estuvo de quedársele un zapato, como avergonzada por tan bochornosa exhibición de celos, furias, perversidad de parte del pintor y un estilo deplorable de bravucón, camorrista. Encima, mirando a todos hizo ademán de limpiarse las manos...Enseguida se aproximó oportunamente Scott Fitzgerald quién intentando quitar hierro al asunto dijo muy fuertemente: ¡¡Vidas Privadas Señores!!...Entonces la concurrencia intentó desentrañar el complicado entramado de la pareja por su cuenta y riesgo, entre cuchicheos y murmullos, girándose e intentando disimular el mal momento sufrido por Dora Maar, quien acompañada de un séquito de señoras cotillas y chismosas, lloraba amargamente sus celos por intentar poner en su sitio a Picasso, sin conseguirlo, pero tampoco él se hizo un gran favor, desde aquel día Rita Hayworth lo detestó como a la peste, porque el suceso en cuestión le hizo muy mala prensa internacional. Por allí se rumoreaba que la relación Dora y Picasso era del mas puro estilo sado-masoquista, una bomba explosiva y temperamental, por eso él era especialmente cruel con Dora Maar a quien siempre la retrataba llorando.

—¿Ese es tu Picasso?—interrogué a mi amiga—Lo que es yo, no lo quiero ver ni en pintura...
—Lo sé. —dijo ella afligida— él será un gran pintor, pero Dora tampoco se merecía eso...Son temperamentos explosivos de artistas—apuntó.

En medio de todo el rumor de las conversaciones por suerte y de pronto Taty empezó a reirse y alzando una mano saludó, cuando me volví saludaba al Rey del Pop, Michael Jackson, que hablaba con la bella Liz Taylor, quien intentaba ayudarle a limpiar su guante blanco manchado de mermelada. Un Jackson al descubierto por la aguda mirada de Taty, logró sonrojarse como un niño pillado infraganti y apenas saludarla inundado de una gran vergüenza.

—¡Hey, chicas del Daily! —nos llamó James Dean, súbitamente y se nos acercó. Las invito a pasear en mi nuevo coche, mi pequeño bastardo, es un gran Porsche Spyder 550, fantástico y único…Dicho esto me entregó su tarjeta.
—Enhorabuena por esa adquisición James, quizás nos apuntemos para salir contigo, mi amiga y yo terminaremos nuestro reportaje para el periódico y quizás quedemos uno de estos días, esta es mi tarjeta…
—¡Fantástico!,—cogió la tarjeta la miró por ambos lados y repuso antes de guardársela en el bolsillo.—Gracias, sí, las llamaré una de estas tardes…
—¿Por qué nos mira tan extrañamente ese Humphrey Bogart?—le pregunté a Taty…
—Muy fácil, hace 2 semanas se querelló con el Daily, ¿ya no lo recuerdas?. Difamaciones publicadas, aludió…
—Es verdad, claro ya lo recuerdo, este vino de Burdeos esta buenísimo…Espera, esa es Rita Hayworth, me encanta en su película “Gilda”, y es tan asombrosa como en el cine. —apunté…Le hice un ademán de brindis con mi copa y me respondió con el mismo gesto, desde la distancia y muchos se quedaron mirándonos…Para ellos éramos grandes amigas y me hizo muy feliz...
—¿Te comportarás verdad o es efecto de ese vino francés?—repuso mi amiga, la Waterfall.
—¿Pero tu la has visto cantando “Put To Blame On Mame”?, es única e irrepetible...

Aquella noche, salimos del Exit, como en una nebulosa, los caminos parecían cortados y en perspectiva cubista, sólo recuerdo que mi amiga Taty me llevaba hacia casa, diciéndome sin parar: “Ay, la MC Pik ‘Art, qué embriagada ha estado esta noche,... sólo te restará dormir y mañana será otro día”…

Yo no lo hubiera creído si Taty no acreditara con sus fotos lo vivido, es más, al lavar mis vaqueros desteñidos rebusqué los bolsillos y encontré la tarjeta de James Dean intacta,…Él ya no está en este mundo y todavía yo espero su llamada y el paseo en el gran Porsche Spyder 550, fantástico y único, como la gran factoría de ficción que triunfa cada anochecer en alguna puerta del Exit…

Barcelona, 01 de mayo, 2010.