sábado, 28 de febrero de 2009

BAJO MI LEY



BAJO MI LEY

Perdonar y olvidar, lo hice muchas veces por ti.
El Amor lo puede todo, sin Amor, no lo puedes hacer.
La prueba más grande de mi Amor fue esa:
Perdonarte y olvidarme que me hiciste mal.
Todavía te perdono y te perdonaría.
Mi misión es Amar, y yo soy Amor.
Lo hago con todos y tu no eres la excepción.
Perdonado (a) estas, para siempre en mi corazón.
Gracias, por darme la oportunidad
de poder ejercer la bendición de perdonarte.
Gracias a las muchas ocasiones
de perdonarte, yo he crecido
haciéndolo y dándote lo mejor de mi,
sobre todo: mi sincero perdón y mi Amor.
Considero que quien esté libre de “pecado”
que tire la primera piedra.
No seré yo quien te juzgue.
Tu libertad y derecho son: errar cuántas veces quieras.
Mi Misión y mi Ley son: Perdonarte y Amarte
cuántas veces sean.
Sin Amor, no perdonarás,
si albergas rencor
tampoco podrás.
Tienes que mirarte antes,
No veas la paja en el ojo ajeno,
sin antes mirarte.
Sé es más feliz y más verdad,
Si agradeces y perdonas en la vida
y en el mundo de seres imperfectos.
Cómo hablar de Dios, cómo hablar
De Amor, si no sabes perdonar.
Si mil veces me haces mal,
mil veces yo te perdonaré y
olvidaré el mal sinceramente.
Puse la otra mejilla,
y te hartaste de darme.
Perdonado (a) estas.
Miro al cielo y me voy,
pero bastante mejor después
de perdonarte sinceramente en mi corazón.


Barcelona, 14 de junio, 2008.

PS: "Nací para amar a los demás, para escribir...Amar a los demás es tan vasto, que incluye incluso perdón para mi misma, con lo que sobra. Amar a los demás es la única salvación individual que conozco: nadie estará perdido si dá amor y a veces recibe amor a cambio" (Clarice Lispector).
"Alivia mi alma, haz que sienta que tu mano esta cogida a la mía, haz que sienta que la muerte no existe, porque ya estamos en verdad en la eternidad, haz que sienta que amar no es morir, que la entrega de sí mismo no significa la muerte, haz que sienta una alegría modesta y diaria, haz que no te indague demasiado, porque la respuesta sería tan misteriosa como la pregunta (...) Bendíceme, para que viva con alegría el pan que como, el sueño que duermo, haz que tenga caridad para mi misma, pues sino, no podré sentir que Dios me amó, haz que pierda el pudor de desear que en la hora de mi muerte, haya una mano humana para apretar la mía (..).(De "Aprendizaje" Clarice Lispector).