sábado, 28 de febrero de 2009

DESPEDIDA DE GARCÍA MÁRQUEZ

DESPEDIDA DE GARCÍA MÁRQUEZ

“Si por un instante Dios se olvidara de que
soy una marioneta de trapo y me regalara un
trozo de vida, posiblemente no diría todo lo
que pienso, pero en definitiva pensaría todo
lo que digo.

Daría valor a las cosas, no por lo que valen,
sino por lo que significan.

Dormiría poco, soñaría más, entiendo que por
cada minuto que cerramos los ojos, perdemos
sesenta segundos de luz. Andaría cuando los
demás se detienen, despertaría cuando los demás
duermen. Escucharía cuando los demás hablan y
cómo disfrutaría de un buen helado de chocolate!
Si Dios me obsequiara un trozo de vida, vestiría
sencillo, me tiraría de bruces al sol, dejando descubierto,
no solamente mi cuerpo, sino mi alma.

Dios mío si yo tuviera un corazón, escribiría mi
odio sobre el hielo, y esperaría a que saliera el sol.
Pintaría con un sueño de Van Gogh sobre las
estrellas un poema de Benedetti, y una canción
de Serrat sería la serenata que le ofrecería a la luna.
Regaría con mis lágrimas las rosas, para sentir
el dolor de sus espinas, y el encarnado beso de sus pétalos...
Dios mío, si yo tuviera un trozo de vida...
No dejaría pasar un sólo día sin decirle a la
gente que quiero, que la quiero.

Convencería a cada mujer u hombre que son mis
favoritos y viviría enamorado del amor.
A los hombres les probaría cuán equivocados
están al pensar que dejan de enamorarse cuando
envejecen, sin saber que envejecen cuando dejan de
enamorarse! A un niño le daría alas, pero le dejaría
que él solo aprendiese a volar.

A los viejos les enseñaría que la muerte no llega
con la vejez, sino con el olvido.
Tantas cosas he aprendido de ustedes, los hombres...
He aprendido que todo el mundo quiere vivir en la
cima de la montaña, sin saber que la verdadera
felicidad está en la forma de subir la escarpada.
He aprendido que cuando un recién nacido aprieta
con su pequeño puño, por primera vez, el dedo de su padre, lo
tiene atrapado por siempre.

He aprendido que un hombre sólo tiene derecho
a mirar a otro hacia abajo, cuando ha de
ayudarle a levantarse. Son tantas cosas las que he
podido aprender de ustedes, pero realmente de
mucho no habrán de servir, porque cuando me
guarden dentro de esa maleta, infelizmente
me estaré muriendo.
Siempre di lo que sientes y haz lo que piensas.
Si supiera que hoy fuera la última vez que te
voy a ver dormir, te abrazaría fuertemente y
rezaría al Señor para pode ser el guardián de
tu alma.

Si supiera que esta fuera la última vez que te
vea salir por la puerta, te daría un abrazo, un
beso y te llamaría de nuevo para darte más.
Si supiera que esta fuera la última vez que voy a oír
tu voz, grabaría cada una de tus palabras para
poder oírlas una y otra vez indefinidamente.
Si supiera que estos son los últimos minutos que te
veo diría “te quiero” y no asumiría, tontamente,
que ya lo sabes.

Siempre hay un mañana y la vida nos da otra
oportunidad para hacer las cosas bien, pero
por si me equivoco y hoy es todo lo que nos queda,
me gustaría decirte cuanto te quiero,
que nunca te olvidaré.
El mañana no le está asegurado a nadie, joven
o viejo.
Hoy puede ser la última vez que veas a los que
amas.

Por eso no esperes más, hazlo hoy, ya que si el
mañana nunca llega, seguramente lamentarás
el día que no tomaste tiempo para una sonrisa,
un abrazo, un beso y que estuviste muy ocupado
para concederles un último deseo.
Mantén a los que amas cerca de ti, diles al oído
lo mucho que los necesitas,
quiérelos y trátalos bien, toma tiempo para
decirles “lo siento”, “perdóname”, “por favor”,
“gracias” y todas las palabras de amor que conoces.
Nadie te recordará por tus pensamientos secretos.
Pide al Señor la fuerza y sabiduría para
expresarlos. Demuestra a tus amigos cuanto
te importan.”