jueves, 26 de febrero de 2009

DIFERENCIAS AFORTUNADAS



DIFERENCIAS AFORTUNADAS
(Por Gina Martínez-Vargas Araníbar)

Mi mente a la deriva ha llegado a pensar la otra tarde, mientras esperábamos Marco y yo sentados en una banca, calentarnos un poco, con el sol de este ominoso invierno, lo poco que de la Oveja Dolly tenemos predestinado.

Sí, señores, cómo no, cada cual a su perfección y sus afeites, como seres únicos y singulares del universo.

Mi status quo tranquilo y silencioso ha aprendido quizás de mis horas de meditación o penitencia, acercarme hacia lo sublime, y mientras quedaba en esa maravillosa inconciencia, a medida que el sol me calentaba o lo intentaba, Marco, mi perro, parecía igualmente arrobado, la naturaleza circundante y su efecto narcótico tuvieron a bien devolverme hacia la naturaleza de la vida, a ese aro fortuito por donde circundan los planetas, propiciando en mi una feliz quietud de espectadora de la vida.

Hoy me dio por ponerme el traje de filosofastro y pensar bajo el mismo sol que inspirara a Platón, Aristóteles y a Sócrates, mi poca y escasa exclusividad. Pensar acaso en lo que dijera Eclesiastés: “No existe nada nuevo bajo el Sol”. Sí pues, ha través del tiempo pareciera que ya todo fue vivido, pensado, sufrido, inspirado. Sin embargo, el tiempo no ha pasado, hemos pasado los hombres.

Conciente de la celeridad de nuestra inconciencia por detentar casi de todo lo perecedero, por nuestra eficaz vocación de procrastinar, curiosa palabrita venida del latín. Sí procrastinamos, postergando a menudo situaciones y actividades que debemos atender y dejamos normalmente por otras más irrelevantes u agradables.

Pero sí, aunque no lo creas, pese al mismo sol que nos alumbra, las mismas necesidades de subsistencia, los mismos goces que nos den placeres y hasta las mismas sombras que nos den dolores, poco o nada tendremos de la Oveja Dolly, no somos tan clónicos, tus diferencias y las mías saltan a la vista, podrias amar lo que yo detesto y podría llegar a emocionarme lo que no te dice nada y por eso mismo empezar a saber que ya somos diferentes, aunque tu corazón esté latiendo junto al mío y existan mil cosas afines que nos acerquen, incluido el mismo mar y el amor, que nos anclen en el tiempo y el espacio gratamente y para siempre. Pero ello mismo es lo sagrado, lo bello de los seres. Que tu contralto toque mi bajo, parece una lisura eufemística y deliberadamente dicha, pero es muy cierto. El Tempus diferente de nuestros nervios y paciencia, la virtud de nuestros particulares Stradivarius.

Las cosas diferentes tienden a complementarse, (pensar 3 segundos en esto antes de desecharlo). ¿Por qué para sonar una música y llegar a ser perfecta necesita de los bajos y los altos?, no será casualidad que juntando los arpegios y convirtiendo todo ello en el todo, surja lo divino: La Creación, equivalente a algún parto con dolor. Un proceso de creación es normalmente complicado y arduo, dependerá de lo iluminado que esté uno, más la conjunción de todas las partes implicadas.

Paloma, el personaje de la novela que estoy leyendo dice en sus reflexiones: “Si hay algo que los pobres detestan, es a los otros pobres”. Y por aquí empiezo yo a entenderte mejor, yo no soy pobre, tampoco creo que lo seas, pero no poseo esa buena chequera y tampoco doy siquiera la esperanza de tenerla —por suerte— . Esa es mi verdad, con esta mi franqueza se es capaz de ahuyentar hasta a tus animales de compañía. Mi gato en exceso sibarita, si lo supiera, si ya en sus arduos afanes intelectuales, intuyera que alguna vez lo tendré que privar de su menú favorito, con gusto me esquivaría, y en vez de afanarse en seguir siendo el holgazán decorativo de esta casa o en seguir aprendiendo eficazmente el castellano, empezaría por buscarse empleo para mantenerme o tener que buscarse sus potajes favoritos, en el peor de los casos ignorarme y ni mirarme. Si, te comprendo… ahuyentemos entonces a tu modo, a los pobres y de espectativas tan poco promisorias como la mía. “El Mundo es Ancho y Ajeno” lo dijo Ciro Alegría, escritor peruano. Yo también empecé a sentir que me habías convertido en extraña y en ajena, ¿qué le vamos a hacer?, nunca supe tu verdad, en cambio preferiste esgrimir aquello de lo diferentes de los dos. Sí, y por suerte lo somos y me alegra más si cabe el comprobar, lo que explicaba antes, que ello quiere decir que somos pura “dinamita”, que podría haber un gran Tempus entre los altos y los bajos y surgir así una gran obra Maestra. La fusión es lo nuestro y yo ya te llevo en mi.

¿Qué esperarías, que me siga pareciendo más a la música?, ósea que mi blanca sea equivalente a dos negras y esas dos negras a 4 corcheas?, de momento, no lo sé, el espíritu de la música tendrá que cuajar quizás más dentro de mi.

Así pues, con lo poco predestinados que estamos a parecernos a la Oveja Dolly y a no ser dos clónicos tú y yo, me alegro de no ser Robocob y de tener aún sangre en mis venas.